Dicen que el hijo de puta tiene tres vidas y que su periplo arrancó en los albores de la década del noventa. No tendrá nave de fibra, pero seguro un buen sponsor para andar pelando balas a diestra y siniestra.
No tiene idea de qué carajo es Vicente López.
No tiene idea de qué hizo el otro día Vicente Viloni.
Pero eso no importa, el que rompe paga y el que cobra, cobra.
Le dicen el hijo de plata. Le dicen el ninja Vallejos. Si se atreve a algo, es por dinero: el amor lo dejó hace tiempo, cuando clausuró las puertas del corazón de Laurita. Y para que el dolor no lo gaste, hizo lo propio con la cancha de paddle, negoción por aquellos tiempos.
Desde que palmó su viejo, que trabajaba en una fundidora, la cosa se le puso difícil. Más difícil de lo que pensaba...
Yo me pregunto: ¿sabrá este tipo quién carajo es Juan Carlos Calabró?
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